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Curso Director de Operaciones: Preparar el campo de golf para un torneo profesional
- 4 de agosto de 2021
- Publicado por: admin
- Categoría: Noticias
Desde fuera parece muy sencillo, como todos los grandes logros, pero la organización de un gran evento de golf está plagado de detalles y de decisiones que ponen en riesgo el trabajo y el prestigio de muchas docenas de personas.
Esta fue una de las muchas conclusiones que se pudieron extraer en una ponencia brillante a cargo de Carlos Arroyal y Luis Doncel, durante la undécima semana del Curso CME de Director de Operaciones en clubes y campos de golf. Ambos son dos figuras relevantes en el ámbito de los green keepers en España, con una amplísima experiencia organizativa en torneos profesionales, incluida la Ryder Cup en Paris en 2018.
Es cierto que no es una situación habitual para la mayoría de los campos de golf pero, precisamente por eso, para la propiedad y la gerencia de muchos campos de golf, el acoger un torneo profesional es un sueño… difícil de hacer realidad.
Existen muchos niveles de repercusión en el golf profesional, desde los torneos de ámbito local hasta los del Grand Slam o la Ryder Cup, y los más grandes están reservados a instalaciones dispuestas a hacer el máximo esfuerzo humano, económico, y social. El campo debe tener claros cuáles son sus objetivos, para qué quiere acoger el torneo, y cuáles son sus prioridades. Además, es muy probable que tenga que acometer inversiones de mejoras muy importantes, o incluso renunciar a ingresos habituales en fechas relevantes para su operativa. Todo ello sería parte de esa inversión que, sin duda, contribuirá a destacar la imagen del campo de golf.
“La ubicación geográfica y su climatología juegan un papel primordial en la época en la que un campo puede acoger un torneo -explicaba Arroyal-. No tiene sentido luchar contra la naturaleza y con el riesgo de que el campo no esté en su mejor estado. Además el campo debe valorar si se podrá permitir el coste en mano de obra, que habitualmente intentará desviar hacia horas extras para sus empleados. Sin olvidar la posible necesidad de cerrar el campo a sus socios y a posibles visitantes durante dos o tres semanas, y su capacidad para captar patrocinadores”.
Aspectos a favor, y también en contra de la organización de un torneo profesional de golf
A cambio, el premio puede ser muy suculento en cuanto a imagen y repercusión comercial, pero sólo si desde el club se saben desarrollar las campañas de marketing adecuadas, y si la competición tuvo la repercusión esperada.
Entre los factores positivos que pueden recomendar el acoger un torneo profesional se encuentra el reconocimiento internacional en el mundo del golf, la creación y la consolidación de un destino turístico de golf, la mejora en el posicionamiento de cara a atraer turoperadores, y la innegable mejora que se puede producir en la calidad agronómica del campo de golf. “Pero también hay aspectos negativos -destacaba Arroyal- como en un coste que pocas veces es retornable, o las molestias a los socios del club por no poder utilizar su campo, o el periodo de recuperación por estress de juego del torneo y de los espectadores”.
Uno de los aspectos que más interés despertó entre los alumnos del Curso CME de Director de Operaciones fue el relacionado con los trabajos organizativos previos.
La celebración de un gran evento profesional pasa por una serie de acuerdos técnicos e incluso políticos a nivel internacional. El circuito europeo, por ejemplo, organiza torneos en varias decenas de países, y todos los campos compiten por las mejores semanas a efectos de divulgación, de condiciones climatológicas, y por la participación de los jugadores más relevantes. “Para conseguir su objetivo serán necesarias reuniones al nivel más alto con las instituciones nacionales, que garanticen la seguridad, que faciliten las negociaciones, y que lo apoyen con representación política. Luego vendrá una gestión logística muy intensa, con visitas programas de los agrónomos y los técnicos del circuito eruopeo, con la coordinación de empresas nacionales e internacionales, con sesiones muy intensas de trabajo entre equipos muy grandes, y manteniendo activa una comunicación constante”.
Los hombres de verde
Una de las partes más visibles, pero que a la vez se pasa más por alto duante el torneo, es el trabajo del equipo de mantenimiento.
Mientras se centra la atención en los grandes nombres que van a competir por los premios y trofeos, se desarrollan las tareas y labores de preparación del campo que se han planificado desde más de un año antes.
“El campo se prepara para que esté en perfectas condiciones de juego el último día de la competición, que es cuando más atención va a recibir por parte de los medios de comunicación. Nadie quiere que ningún desperfecto puede influir en la resolución del torneo”, explicaba Arroyal.
Hacia ese objetivo se orientan todos los trabajo que, desde un año antes, a veces incluso más, persiguen incrementar, poco a poco, la calidad del mantenimiento. Pinchados, aerificaciones, verticut, recebos, fertilización, siembras y resiembras… hasta ir bajando la altura de corte de los greenes y de las calles para propiciar la velocidad de rodada o el efecto de bote idóneos. Todas estas tareas se pueden considerar extraordinarias, porque, aunque parezcan las mismas que se hacen cada año, en realidad están orientadas hacia un evento que probablemente no se vuelva a celebrar allí nunca más. De ahí la necesidad de visitas, análisis e informes de expertos internacionales vinculados al torneo, o la inversión en maquinaria y en recursos atípicos. No es momento de economizar esfuerzos.
Como resumían Arroyal y Doncel, “las claves del éxito en la fase previa del torneo de golf son el trabajo y la cooperación entre todos los departamentos y estamentos del club, la comunicación vertical y transversal entre los equipos, y evitar riesgos o errores que no se puedan solventar a tiempo. A nivel específico del mantenimiento, hay que llevar un control riguroso del estrés del campo, auditar constantemente la calidad y la velocidad de los greenes, controlar los equipos mecánicos, materiales y todas las herramientas y máquinas, y asegurarnos de que todo el personal tiene la formación necesaria para hacer un gran trabajo”.
La ponencia no dejó de tocar ni un solo detalle. Desde la firmeza de los greeens hasta la dificultad de juego de los bunkers. Desde las especies idóneas de césped hasta el porcentaje preciso de humedad en cada jornada de competición. Desde la descripción de tiempos para cada tarea, hasta el control y la gestión de cada brizna de hierba que se vaya a cortar. Destacaron la diferencia entre las tareas en la madrugada o los repasos, con el campo más seco, por la tarde. Detallaron la preparación de las máquinas y de las herramientas de las que se ayuda el head green keeper para verificar la velocidad de los greenes o la humedad.
“No puedes dejar de controlar nada, porque la organización y el desarrollo del evento depende de todos los que formamos el equipo, como una orquesta: si falla uno, fallamos todos”, decía Arroyal.
Y Luis Doncel recordaba que “al terminar la Ryder Cup en Paris, durante la entrega de premios el capitán del equipo europeo destacó que el 35% de la victoria se debía a la preparación y al mantenimiento del campo. No imaginas el orgullo que suponía eso para nosotros”.
Y la organización del torneo fuera del campo
Los dos expertos dedicaron parte de la presentación también a esos aspectos organizativos que rodean el mantenimiento de la superficie de juego, y que tendrían para los alumnos un impacto más directo en su preparación como Directores de Operaciones en clubes y campos de golf y, previsiblemente, en algún gran torneo que puedan organizar.
Explicaron la importancia de los planes de contingencia, previendo posibles evacuaciones y transporte de jugadores y público, la logística de la seguridad, las señales en el campo de golf, y la formación de todo el personal y equipos especializados en el campo y en cualquier área que afectase al público. Recordaron las necesidades de los jugadores (fisioterapia, comida, reparación de palos…) y de los espectadores (parking, catering, control de accesos….)
Y no olvidaron una necesidad intrínseca a cualquier equipo: el control del estrés y de la motivación.
“Si estás desarrollando un trabajo importante vas a tener que dedicarle muchas horas -decía Arroyal- y vas a tener mucha responsabilidad. Y tendrás que gestionar un equipo de personas entre los que serás responsable de mantener y gestionar su motivación. Tendrás que aprender a gestionar el cansancio, y aumentar tu grado de atención y de concentración. Pero, sobre todo, deberás encontrar el modo de que todos disfrutéis de la experiencia”.
A Doncel le tocó resaltar “lo feo”: la recuperación del campo después del torneo.
“Empiezas por pasar electroimanes enormes que ayuden a localizar y recoger todas las varillas y piezas metálicas que ayudaron a sostener carpas, marcadores, cuerdas y elementos de publicidad. Y luego arrancas con el plan de recuperar todas aquellas zonas donde los espectadores y el mobiliario han impedido el crecimiento del césped. Poco a poco vas recuperando el aspecto “normal” del campo, mientras en otros departamentos se ocupan de intentar rentabilizar el evento, a través del las redes sociales, del marketing, de la turoperación…”
Pero antes, confesaba, “encontramos un pequeño hueco en la tormenta para la celebración entre los miembros del equipo de mantenimiento. Durante el último día del torneo, cuando ya no hay que preparar nada ni hay que segar por la tarde, y mientras la atención de los espectadores y las cámaras se centran en los jugadores, nosotros hacemos nuestra barbacoa y nos congratulamos de nuestra contribución y el orgullo de haber sido parte de un acontecimiento muy especial”.