El campo de prácticas fuente de ingresos, desagüe de dinero, o instalación fantasma

La cuarta semana del Curso de Club Manager Education para Director de Operaciones en campos de golf desveló la importancia económica que puede tener para los clubes y campos de golf sus instalación de prácticas y la actividad que se desarrolla en su entorno. 

Gabriel Sota, clubmaker professional y entrenador del equipo nacional de golf de Bahrein, detalló el modo en que un profesional de la adaptación y fabricación de palos de golf puede contribuir a atraer y fidelizar a los jugadores. 

Jesús Rodríguez, fundador de Gamyplan y asesor en el área formativa, explicó los parámetros en los que debe desarrollarse la actividad de la escuela de golf para mejorar su eficacia y su rentabilidad. 

Domingo Gavira, Director gerente del club de golf Chaparral, y tutor del curso, desmenuzó las características físicas y operativas de una instalación idónea… en función de la motivación de cada club o campo de golf.

Y este último aspecto, la finalidad que persigue el club, es la esencia en torno a la cual pivota la operativa del campo de prácticas; incluso su propia existencia. ¿Se espera que el campo de prácticas sea un entretenimiento?¿Un centro de entrenamiento?¿Una academia para la creación de nuevos jugadores?¿Queremos potenciar su capacidad de ingresos en todos los sentidos… si esto fuera posible? Cada opción implica asignar una serie de prioridades y renunciar a otras, lo que justifica que estas sesiones hayan sido de las mejores valoradas en el curso.

Entre los aspectos más relevantes a tener en cuenta destacaron:

• El campo de prácticas y las actividades que desarrollamos en él pueden ser un catalizador de negocio para el club o para el campo de golf, y ayudarnos a mejorar nuestro flujo de negocio si aprovechamos oportunidades como patrocinios, celebración de eventos, y la restauración, por ejemplo.
• El emplazamiento está condicionado a la funcionalidad. En los campos más antiguos no existían problemas para encontrar hora de juego, y por tanto la práctica se desarrollaba en el propio campo, jugando, y si había un campo de prácticas estaba lejos del tee del hoyo 1. Hoy se recomienda que el campo está cerca de la casa club, y si esperamos agradar a los jugadores más exigentes necesita unas dimensiones y una orientación para que lo disfrútenlos jugadores que le pegan más largo.
• La superficie, su forma, su protección lateral y su decoración o señalización de distancias, condiciona el interés de los jugadores y su posible entretenimiento, pero también tienen consecuencias económicas importantes para el club.
• Los tees de entrenamiento pueden ser de césped natural o artificial, y también esto supone costes de inversión y de mantenimiento muy diferentes. Las esterillas artificiales se deben rotar y trasladar para hacer más homogéneo su desgaste. Los tees de hierba natural se deben compartimentar para permitir las tareas de resiembra, recebo, y recuperación por parte del equipo de mantenimiento.
• Las máquinas expendedoras pueden admitir diferentes tipos de pago, desde las monedas, que requieren un sistema de recolección muy riguroso, hasta las máquinas 100% automáticas que hacen surgir la bola en cada puesto de juego cuando el jugador la requiere. Es importante prever los problemas mecánicos que se pueden producir, y las necesidades de recarga para que nunca se queden vacías.
• El número de puestos de juego, las diferentes alturas, y su protección a la inclemencia meteorológica, no pueden ser un capricho. Su construcción se debe basar en un plan de negocio o en las decisiones meditadas del Comité de golf en un club de socios
• Las bolas pueden ser de muchas calidades diferentes. De ello depende que resista mejor el desgaste de los sistemas de lavado, de transporte, o el uso frecuente si no se cambian con suficiente frecuencia. Además existe el riesgo de que se roben si son blancas y de muy buena calidad, o que se pierdan en el perímetro del campo de prácticas o bajo su superficie; en especial si el campo tiene un mal drenaje, se embarra, y la bola se hunde al pisarla con la máquina recogebolas.
• No es preciso que el campo de prácticas esté vinculado a un club o a un campo de golf en las afueras de la ciudad. Los más rentables, como TopGolf, son independientes, urbanos, y centran su negocio en el entretenimiento más que en el entrenamiento, con lo que identifican su modelo de cliente en jugadores inexpertos pero dispuestos a disfrutar de la compañía de sus amigos, de la música, y de un buen menú de comida y bebida.
• Las áreas de entrenamiento deben contemplar también el juego corto. Esto generará una problemática diferente, respecto al uso de las bolas de alquiler, de los grupos de academia y de clases, de horarios de mantenimiento, de orientación por los golpes desviados… Una tendencia en la actualidad es complementar el campo de prácticas con un recorrido corto, tipo “pitch and putt”, que supone un desahogo para empezar a sacar a los principiantes a un campo de golf, para perfeccionar la habilidad en el juego corto, para ofrecer una segunda opción de juego a los clientes…
• Y mucho más, como los horarios, los tipos de clase, la tipología de los clientes, la posibilidad de iluminar la instalación…

Con estos ejemplo podemos imaginar el interés que generó esta semana de clases, estas 9 horas dedicadas a la actividad que se desarrolla en el entorno del campo de prácticas y al potencial de negocio que puede suponer para los clubes y campos de golf.

Máquinas expendedoras

• Monederos/moneda-ficha-tarjeta tickadora-banda magnética-código barras-chip-
• Fácil accesibilidad y uso
• Recarga frecuente
• Problemas mecánicos